25 noviembre 2012

Artificio


 Si nos remontamos a la época de los zares, en 1787, Catalina la Grande tenía que viajar por Ucrania y Crimea en compañía  de su amante y ministro: el emperador de Austria, el mariscal duque Gregorio Alexandrovich Potemkin. Con el fin de agradar a la emperatriz  preparó, a modo de decorado teatral, una serie de aldeas bien construidas a orillas del río Dniepper, rodeadas de árboles y jardines totalmente ficticios, y pobladas por figurantes disfrazados,  bien vestidos y mejor alimentados mujiks.  Apresuradamente estos actores se esfumaban tras representar su papel y se  trasladaban con los decorados a otros lugares para continuar la farsa especialmente preparada para sorprender gratamente a la zarina. En definitiva, puro cine, para aparentar una realidad inexistente.

Curiosamente, esta aparente representación con aires de leyenda me recuerda la película "ARGO".Estrenada hace un mes y  basada en hechos reales ocurridos en 1979,
nos cuenta la trepidante  fuga de los rehenes estadounidenses de la embajada
americana en Irán.    

Sin embargo, el mito de Potemkin, más conocido como "las falsas aldeas Potemkin",
fue propagado por los enemigos del valido para provocar su caída. A semejanza de
nuestro Godoy, también le otorgaban su ascenso y poder en la corte gracias a su
habilidad como amante y no por su talento diplomático y militar.

Fuese cierto o fueran cotilleos que circulaban por San Petersburgo para derrocar
a Potemkin, la credibilidad que se ostenta se pierde cuando se maquilla la realidad
para aparentar lo que no se tiene o no se es.

La manipulación nace de una representación que pretende hacernos creer una
mentira. Y también cuando en lugar de ajustarse a la verdad se dilata la información
para no reconocer una situación que no gustará a la ciudadanía.

Las cifras que nos presentan pueden ser las nuevas "aldeas Potemkin". Y podemos
ceñirnos a casos concretos como el déficit tarifario. Según datos del consejero de
Iberdrola, los 30.000 millones de euros  se alcanzarán a finales de este año. Y esta
deuda proviene del año 2000 en que no se quiso "disgustar" a los consumidores con lo
que costaba la energía. Recordemos que el Gobierno en aquel año, quería controlar
la inflación a toda costa y la factura electríca era decisiva para conseguir ese
objetivo. Es decir, los póliticos no quieren inquietar a sus votantes. 

En resumen, una imagen y un video que no tienen desperdicio nos permitirá
entender mejor que se trata de un artificio.



03 noviembre 2012

El engaño


La telaraña global atrapa en su red cualquier átomo de información y se convierte en un aluvión de noticias sin contrastar. Es un colosal patio de vecinos donde los rumores se transforman en bulos que vuelan inalcanzables para quienes tratan de desentrañar la veracidad. Los rumores se utilizan como señuelos para atrapar a los incautos que, como polillas, son deslumbrados por el fulgor de un monitor, ese ojo que todo lo sabe, que todo lo ve.

Hoy cualquier mequetrefe puede lanzar "su verdad" y destrozar la imagen personal o profesional de otros.
Peter Esterházy en "Armonía celestial" señala "es harto dificil mentir sin conocer la verdad" y parece ser condescendiente con los no informados. Sin embargo, una falsedad vertida en internet puede aniquilar a una persona o a una organización. Una empresa puede derrumbarse gracias a un imbécil o a un delincuente. Los sabotajes son tan sutiles que cuando se perciben ya suele ser demasiado tarde. Censurar la información que aparece en una web es construir diques, no contra el agua, sino contra el aire. Porque su propagación es viral e incontenible.

El resentimiento o el odio, la envidia o el complejo de inferioridad pueden ser la semilla que impulsará y desencadenará el ataque. Los disparos no serán balas, sino bulos.

Sin duda, la balanza que debe dictaminar la bondad de la RED se inclinará hacia los beneficios que aporta a la sociedad actual, pero no debemos menospreciar que no es oro todo lo que reluce, ni debemos caer en el engaño.

Con este viejo tema "disco": The Hustle, el engaño,  nos trasladamos a la música de los 70, donde la red solo era una incipiente comunicación militar.  Lo que no engaña es la prosa de mi admirado Javier Marías, a quien felicito por el Premio Nacional de Narrativa, que ha rechazado para ser "consecuente" y no engañar a nadie.
Su prosa es la cúspide de la narrativa española y tengo la certeza que LOS ENAMORAMIENTOS dejará rendido a cualquier lector que persiga esa mezcla de mentiras y reflexión sobre la naturaleza humana. Sobre la ficción y sobre la realidad.    


 L a historia de amor de Benlliure en Ciudad Rodrigo. A los pies de Ciudad Rodrigo fluye el río Águeda. Su imponente parador, antigua fortal...