08 noviembre 2013

ZAMORA: parque temático del románico.


La historia encierra muchos secretos. Si nos adentramos en las históricas calles de Zamora
sentiremos la emoción que se oculta en su pasado. En sus innumerables iglesias románicas,
cuenta con más de veinte,apreciaremos la sencilla austeridad medieval de hace más de mil
años. Las leyendas y la realidad se confunden entre su recinto amurallado mientras el
bizantino cimborrio de su catedral se refleja en el espejo del Duero.

Al llegar a Zamora, los nombres que marcan sus calles nos golpean con hitos históricos:
Viriato,las infantas Doña Urraca y Doña Elvira, El Cid, Sancho II, Alfonso VI. Es una agradable
sensación pasear sin el asedio de los automóviles por esas calles peatonales.

A cada paso, casi de improviso, surge una iglesía románica que te recuerda el poder religioso
que imperaba en el siglo X. Los reyes confiaban a Dios su poder y se disputaban
los territorios con "Juicios de Dios", como el ocurrido en la batalla de LLantada,
entre Sancho II, el Fuerte y su hermano Alfonso VI, el Bravo.


Para admirar esta belleza, Patrimonio de la Humanidad, recomiendo comenzar en la calle
Santa Clara y caminar hacia la Plaza Mayor. Muy pronto descubrimos la iglesia de Santiago del Burgo.

En la plaza con sus soportales y sus dos ayuntamientos (el viejo es de 1504), se levanta la iglesía
de San Juan, que tiene a dos cofrades de bronce que nos dan la bienvenida. Además, hay un sitio
para comer, con muy buena relación calidad precio. Restaurante Ágape.

Aquí comienza la ciudad medieval.

Posteriormente, se lleva a una iglesia del siglo XI, Santa María la Nueva.
Avanzando, nos encontramos con la Plaza de Viriato, contemplando un edificio renacentista
del siglo XV,el Palacio de los Condes de Alba y Aliste, que hoy es el Parador Nacional de
Turismo. En los alredores está la iglesía de San Andrés, que tiene la curiosidad
de disponer de un altar duplicado.
Nuestros pasos nos llevarán al Mirador de Pizarro que se encuentra en la muralla y
disfrutaremos de la hermosa vista del Duero. Callejeando pasaremos por una calle que
nos recuerda a los Cobertizos de Toledo: la calle de El Troncoso. Justo al lado está
la Casa del Cid (siglo XI) y el Palacio Episcopal.


En la parte baja de Zamora, cerca del Duero, está la iglesia de Santa María de Horta. En su interior
reposa un Cristo Yacente. Nos cuentan que es el más admirado por los zamoranos.
La arquitectura románica también está rodeada de fachadas renacentistas y modernistas que son un contrapunto extraño pero estimulante.
El Palacio de los Momos,actual sede del Palacio de Justicia, y el Casino son edificios que muestran el contraste entre el siglo del románico, el Renacimiento y el Modernismo.
Además, cerca de la impresionante catedral de la Transfiguración o de San Pedro, obra cumbre del románico,
tenemos las esculturas de Baltasar Lobo, escultor zamorano, amigo de Picasso, que realza
la zona ajardinada como un museo al aire libre.


Entre los rincones que encuentras paseando por Zamora encuentras un misterio que llama la
atención: Un lugar llamado ahora Puerta de la Lealtad y antes Puerta de la Traición. Mi curiosidad
me lleva a cuestionarme ese cambio de nombre para un lugar de la muralla de Zamora. Sea realidad o sea ficción es
un punto de vista que predomina desde 2009.

Nos han contado leyendas, muchas provienen de los Cantares de Gesta, también el cine con sus héroes ha
mostrado las proezas del Cid.


Pero una permanece imborrable, sin duda, porque simbolizaba la traición.

Narraba un suceso acaecido en el año 1072 a los pies de la muralla de Zamora.
Bellido Dolfos, personaje de Realidad y Ficción, simulaba desertar de la
defensa de la ciudad zamorana que gobernaba Doña Urraca. En aquella época,se
rumoreaba que Bellido y la infanta Doña Urraca eran amantes. De manera extraña, ofreciéndose
a las tropas que asedidaban Zamora, consiguió ganarse la confianza del Rey Sancho II,
hermano de Doña Urraca, mediante la revelación de los puntos débiles de la muralla
de la ciudad. La estratagema permitió a Bellido Dolfos clavar su lanza al monarca
mientras descansaba.

Ahora la realidad se enfrenta a la historia contada y niega la traición. Mostrando
como un héroe a Bellido Dolfos que es indultado de la falsa leyenda contada mil veces.
Un milenio ha sido necesario para que el villano se convierta en héroe para el Ayuntamiento
de Zamora. Su honor se restaura al considerarlo como el libertador de Zamora. Con calle a su
nombre cerca de la catedral.

El paseo por la ficción o por la realidad termina aquí porque la memoría no retiene
todo lo que Zamora ofrece. Pero puede ser motivo para regresar a Zamora en otra época más
propicia. La ocasión podría ser la Semana Santa. Ya que tras la visita al Museo que recoge
las maravillosas obras de imaginería religiosa (La Sentencia, La Caída, El Descendido, de Mariano Benlliure,y otras
como el caballo encabritado ante la Cruz)y escuchar las anécdotas que te cuentan
los zamoranos (en 2009 durante el cántico del Miserere, a media noche, comenzó
a diluviar y miles de almas aguantaron estoicamente el chaparrón), sientes ganas
de contemplar esas procesiones sepulcrales.


En el muro de una iglesia podemos encontrar este gnomón. Que dice algo así como:
"Nada ocurra que no quisieras recordar"

Ya va siendo hora de terminar, han sido veinticuatro horas en Zamora, no una hora, como cuenta la tradición sobre el asedio de Zamora en el año 1072.
Y lo hago mencionando nuevamente a uno de los mejores escultores del siglo XX. Baltasar Lobo.






20 octubre 2013

Invitados a un banquete de humor: La Cubana.


Anoche sonaron campanas de boda. Asistí a la original puesta en escena
de LA CUBANA en el Teatro Nuevo Alcalá. Consiguen que te sientas un invitado
más en un banquete de humor y de ironía inteligente.

Los actores aportan un ritmo propio del cine de Berlanga. Durante la obra,
los diálogos aceleran la carcajada y la reflexión. Sin tiempo para el sosiego
te muestran los preparativos para la boda y te recuerdan al movimiento de
la cámara berlanguiana.

Los números musicales y las parodias (incluída la Tuna, que no podía faltar)
consiguen que los espectadoes disfruten de un banquete de bodas muy
participativo. Humor blanco, como el ramo que toda novia luce cuando
suenan CAMPANADAS DE BODA. Todos los espectadores, acompañamos a los
novios en una boda mixta española-hindú, luciendo unas floridas pamelas.
La platea se convierte en un hilarante jardín multicolor.

El contrapunto lo dejo en un video que recuerda uno de los fragamentos
musicales de la obra. Siendo interpretado por Hortensia y Margaríta,
no podía ser otro que "El dúo de las flores".

07 julio 2013

Las marionetas del buen cine: La mejor oferta.

Tras disfrutar de una estupenda película como LA MEJOR OFERTA de Giuseppe Tornatore (ganador de un Oscar con Cinema Paradiso), comienzan las preguntas y las explicaciones sobre escenas que tienes grabadas en el cerebro. Cierras los ojos un instante y la mente vuelve a proyectar los rostros de los actores y los lugares (Praga) está en el epicentro del recuerdo y del fundamento para crear un misterio que lo aclara todo. Las piezas se acoplan y el mecano crece y el ser humano, al mismo tiempo, se derrumba.

Falso, todo es falso. ¿El amor verdadero ni se compra ni se vende?. ¿El que mejor conoce nuestra debilidad es nuestro fiel escudero?. ¿Podemos negarnos en lo más profundo de nuestro corazón a reconocer una mentira que asumimos como verdad anterior e interior?. El cineasta italiano recoge a los actores y como piezas de un autómata levanta una obra de cine negro, con dosis de morbo que administra con rigor hasta crear la irresistible adicción a la pasión amorosa desconocida, pero soñada.

El gran Geoffrey Rush con su flema y astucia  es capaz de destapar cualquier fraude en una obra de arte y gracias a ello es un prestigioso evaluador de tesoros artísticos. Parece subido en un pedestal al que nada ni nadie puede acceder. Es tan desconfiado que teme picar cualquier anzuelo.


Sin embargo, la belleza femenina es un talismán tan irresistible que si es misteriosa y desvalida irradia un poder absoluto sobre un hombre encerrado en su castillo de arte y riqueza. La tentación vive arriba y se esconde.

Un trastorno como la agorafobia es presentado con un ritmo pausado y balanceándose en la música de Morricone con efluvios de otras obras como "Érase una vez en América", nos traslada a la impresionante trama de Vértigo, ( o De entre los muertos). La comedia late a través de la alta sociedad que acude a las subastas de arte y contrasta con el misterio de las mansiones abandonadas.Y en el justo momento, aparece la mujer, la belleza de Sylvia Hoeks. Tan ligada a la belleza de Praga...?






16 junio 2013

Un ídolo misterioso: Sugar Man, una leyenda de la música.


Una historia motivadora. La vida azarosa de un genio de la música de los 60, un poeta
desconocido y un símbolo de esperanza para un país que buscaba liberarse de las
cadenas del "apartheid". Su incipiente carrera musical en Estados Unidos fue como
una "lágrima de San Lorenzo". Se apagó en un instante y tuvo que ganarse la vida
como albañil. Sin embargo, su talento deslumbró en Sudáfrica. En ese extremo de
África se le consideraba un héroe que animaba con su música y su poesía a romper
la segregación racial. Idolatrado por encima de Elvis Presley en Sudáfrica, mientras
era un humilde peón de la construcción en Estados Unidos. El recibimiento que sus
admiradores sudafricanos le dispensaron,tras considerarle muerto, fué apoteósico.

El azar, su humildad y su talento se plasman en este reportaje sobre Sixto Rodríguez.

Tras saborerar este interesante documental, tan misterioso como emotivo tienes
que enfrentarte a dilemas que aclaren esas dudas sobre el talento, sobre la humildad
y sobre el reconocimiento que muchas personas persiguen en su vida.

Sin duda, un merecido Óscar al mejor documental, reconoce el poder
de la vida de "RODRÍGUEZ".

30 marzo 2013

SEVILLA, "La Madrugá"


Una visita a Sevilla, en Semana Santa, agotará al más fervoroso visitante que
quiera contemplar las imágenes que recorren sus calles cada comienzo de la
primavera.

Para recuperarse de esos paseos interminables, que te llevarán del barrio de La
Macarena, al barrio de Triana, pasando por el del Arenal y el de Santa Cruz, tendremos que disfrutar del "tapeo" que nos brindan sus bares. Y si queremos contemplar la ciudad desde una privilegiada atalaya disponemos del Espacio Metropol Parasol, que, situado en la plaza de la Encarnación, nos ofrece un mapa tridimensional de la ciudad. El arquitecto berlinés Jürgen Mayer, que lo diseñó, recibió la crítica de los sevillanos, al bautizarlo, en 2011, como "las setas de la Encarnación". Ahora es uno de los nuevos iconos de Sevilla.


Si Sevilla tiene un sabor especial, sin duda es por su aspecto, tan blanco y tan albero,
tan bañado en plata y oro. Sus fachadas con ese aire decadente y plácido acogen al visitante y le recuerdan que desde aquí se abrió la puerta al Nuevo Mundo.

Pero el fervor que Sevilla siente por sus tradiciones en Semana Santa nos lleva a perdernos en la noche mágica de "La Madrugá" y contemplar a la Esperanza Macarena
que levita por la calle Trajano a hombros doloridos de costaleros insomnes. Son unos 3.200 penitentes que "armaos" como una legión moderna toma la ciudad. Centelleantes las esmeraldas que porta en su pecho recuerdan la tragedia del torero Joselito El Gallo, que se las regaló. 

La recuperación del espíritu (y del estómago) puede llegarnos al alba, Gracias a un chocolate caliente con churros. Paralela a la calle Sierpes está la calle Cuna y en la esquina con la calle Imagen podemos pasar al restaurante Baco. Desde su interior puedes ocupar un lugar privilegiado para ver algunas procesiones.  Otros restaurantes como Casa Robles son de sobra conocidos, aunque la reserva es casi obligada. Un consejo, si a la entrada de un restaurante, mientras esperas que te asignen una mesa, delante de tí, también hay una familia con un niño que llora, que incluso berrea... piensa que es una moderna esfinge que te impide la entrada y que te fulminará en el comedor, si entras.

En Sevilla, mientras esperas, atrapado entre la multitud, viendo pasar las maratonianas procesiones es frecuente escuchar las disertaciones "entendidas" de alguien que suele presumir de conocer al detalle todo lo que rodea a las cofradías, horarios de paso, número de penitentes y no se cuántos datos más. Pueden resultar amenos, al principio,
pero desesperantes a la larga. Suelen conocerse, cariñosamente, como "capillitas". Si coincides con alguno, y estás cerca del recorrido que constituye la "carrera oficial" debes saber que habrás hecho tu particular "Estación de Penitencia".

Has cruzado el Guadalquivir y es Viernes Santo, la Esperanza de Triana, "la Trianera" ha regresado a su palacio en la calle Pureza. Algunos sevillanos, de otras cofradías dicen que es la más "alegre" de las vírgenes en su procesionar.

Muy cerca puedes visitar al conocido como "El Cachorro". Es el Cristo de la Expiración, está en la Basílica del Santísimo Cristo de la Expiración, en la calle Castilla. Una escultura de proporciones aúreas, una obra cumbre de la imaginería barrroca, tallada por Francisco Antonio Gijón en 1682. No puedes evitar el recuerdo de  uno de los grandes del Renacimiento como es Bernini.
 Al mediodía, en el laberinto del centro de Sevilla, cerca de la Plaza de Magdalena, te sientes desfallecer. El "jet lag" de "La Madruga" te aguijonea el cerebro.  Pero tu olfato actúa como el mejor GPS del mundo, y te orientas gracias al aroma del adobo que proviene del imprescindible Blanco Cerrillo. Aceleras el paso por la calle Velázquez y guiado por ese inconfundible olor a fritura,  en la esquina con la calle José de Velilla, encuentras la salvación: cerveza fría, suave, y "pescaíto". Camareros y cocineros, frenéticos, con su acento gracioso, te atienden y te anotan el precio de la ración,  en la barra húmeda y reluciente, con una tiza. Sientes que el tiempo se detiene por un instante, hasta que ves que escribe en euros.  Si después, te apetece tomar un café o un helado, puedes acercarte al moderno Café de Indias. Pero márchate rápido porque "El Cachorro" está empezando a cruzar el Guadalquivir.   Aunque no sea un lugar relacionado con las procesiones de Semana Santa, considero imprescindible adentrarse en la Iglesia de Santa María la Blanca. Esta pequeña joya que está repleta de filigranas de yesería fue una antigua sinagoga. Reformada en el siglo XVII como queda patente en la fachada y en el barroquismo del interior, cuenta con una obra de "La última Cena" atribuída a Murillo. Está cerca de los jardines de este famoso pintor sevillano. El barrio de Santa Cruz se abre para nosotros y la Giralda nos sirve de faro.   Los grandes tesoros deben admirarse siempre y la ocasión puede ser cualquier época del año.Por eso, es obligada una visita a la Catedral , la catedral gótica cristiana más grande del mundo y al Real Alcázar (el Viernes Santo está cerrado), que nos recordará a esa maravilla del mundo que es la Alhambra de Granada. Sin duda, nos dejarán con el mejor sabor de boca imaginable.

 L a historia de amor de Benlliure en Ciudad Rodrigo. A los pies de Ciudad Rodrigo fluye el río Águeda. Su imponente parador, antigua fortal...