20 octubre 2009

Ponga un Nobel en su vida




Ha sorprendido a propios y extraños
la designación de Barack Obama como
Premio Nobel de la Paz, tras nueve meses
en la Casa Blanca. Las razones de la concesión
apuntan a que se han tenido más en cuenta
las expectativas que se desprenden de los
objetivos que pretende lograr que los logros
conseguidos. Su mano tendida hacia el
mundo islámico y sus propuestas para
alcanzar el desarme nuclear han convencido
al Comité de Concesión de dicho galardón
Esperemos que tras la siembra cosechemos
los frutos. Porque esta concesión me
recuerda lo que me hacía un familiar, que
acostumbraba a dar un propina por adelantado,
nada más llegar, al camarero que atendía en
un convite de una boda. Ese camarero, sorprendido
se desvivía por agasajar durante el resto del
banquete. Mi pariente decía: Si le das la propina
al final, ¿Para qué te servirá?.
Además, estos prestigiosos premios tienen
frecuentes polémicas sobre los merecimientos
de los premiados. En cierto modo, es natural,
llevan el nombre de Alfred Nobel, inventor de
la dinamita y que se "forró" vendiendo armas.

Por cierto, hablando de premios... aunque
sean musicales, resulta que, en 2007, para
representarnos en Eurovisión la canción
elegida fue la del "chiqui chiqui", que
obtuvo casi el doble de votos que esta otra:
"La revolución sexual" de La Casa Azul.
A mi personalmente, me resulta más alegre
y pegadiza.

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