22 septiembre 2007

Pasarela Cibeles en los pueblos





Cada verano, el calor nocturno expulsa de sus hogares a "los jueces de las vidas ajenas".

Las calles de las pequeñas poblaciones se tornan en "pasarelas" por las que desfilan parejas, familias o solteros y solteras, que son objeto de evaluación y cotille
o. Los miembros del jurado deciden que destaca en la vida de otras personas, y ya se sabe: "Quien no tiene vida propia necesita vivir la vida de los demás".

En este blog suelo encadenar REALIDAD Y FICCION y recuerdo una famosa película premiada con un oscar:
La Vida de los otros, donde el espionaje se eleva al máximo para destrozar la vida de los ciudadanos en aras del poder del Estado de la Alemania comunista.

Ese jurado que tiene su estrado en la puerta de sus casas, cada noche se adentra en la intimidad de los demás que pasean delante de sus inquisidores vecinos. Crean medias verdades que terminarán siendo las mayores mentiras: "fulano dicen que...." , "pues la hija de.....", "creo que esos se separan...".

Los chismosos jueces se divierten al ver a la gente desfilar delante de sus sillas y hamacas. Pero también, la envidia les corroe y los reduce a meras cotorras y garrulos.

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